Desde 1811, la Maison Perrier-Jouët elabora sus vinos con un estilo único: floral, elegante y cincelado. Dos siglos de patrimonio transmitidos en el silencio de las bodegas de la Maison, como los artesanos que perpetúan celosamente sus secretos de padres a hijos. Una Maison artesanal.
PERRIER JOÜET
Desde 1811, la Maison Perrier-Jouët elabora sus vinos con un estilo único: floral, elegante y cincelado. Dos siglos de patrimonio transmitidos en el silencio de las bodegas de la Maison, como los artesanos que perpetúan celosamente sus secretos de padres a hijos. Una Maison artesanal.
Hervé Deschamps se convirtió en el séptimo Chef de Caves en 1993. Los diez años anteriores los pasó trabajando codo con codo con su predecesor, hasta alcanzar la maestría necesaria para dominar las sutilezas del estilo de la Maison y su tonalidad floral única. Como guardián de estos conocimientos ancestrales, es el encargado de perpetuar y cultivar tan preciado patrimonio, modelando, cincelando y tallando con la precisión de un artesano cada uno de los crus que participarán en el ensamblaje de sus creaciones. A la hora de trabajar con la barrica, el Chef de Caves degusta y prueba la cosecha de todas las parcelas, una a una, hasta aislar los crus, convirtiendo así cada cuvée en un vino único que expresa toda la elegancia y finura características de la Maison Perrier-Jouët. «Me lanzo a la elaboración del ensamblaje de una sola vez, al igual que un artista cuyo flujo creativo se halla, de forma misteriosa, en perfecta sincronía con su intuición, sensibilidad y experiencia». Hervé Deschamps.
Epernay, 1811: la boda de Pierre-Nicolas Perrier y Adèle Jouët alumbra el nacimiento de la Maison Perrier-Jouët. Caracterizada desde sus orígenes por una exigencia sin concesiones, la Maison fue pionera en el campo de la trazabilidad y en la lucha contra las falsificaciones. Perrier-Jouët fue la primera Maison de Champagne que exhibió la añada en sus botellas, tradición que adoptarían muchas otras después. Por otra parte, como ha sucedido en diversas ocasiones, si la cosecha no está a la altura de las expectativas, la Maison pone siempre por delante la calidad y deshecha la producción. La calidad es el único compromiso. Algunos vinos, elaborados en años especialmente singulares, son seleccionados y confiados al silencio de sus bodegas. Y, si bien cada una de estas añadas posee un carácter propio y distintivo, todas sin excepción ilustran la excelencia de los viñedos Perrier-Jouët. Es ahí, en el Edén, donde se conserva nuestra añada más antigua de champagne: Perrier-Jouët 1825.
Esta búsqueda de la perfección garantiza a Perrier-Jouët un lugar de excepción en las mesas más distinguidas. Es el caso de las cortes reales de Napoleón III o la Reina Victoria, entre otras. Desde que la Princesa Grace de Mónaco declaró que la botella de champagne con las emblemáticas anémonas era su preferida, Perrier-Jouët Belle Époque lleva acompañando el Baile de la Rosa durante muchos años.
Galeria de Arte
Fue el hogar de Pierre-Nicolas Perrier y Adélaïde Jouët, pero hoy en día es mucho más que un lugar en el que vivir. En 1990 se transformó en un pequeño y encantador hotel. Gracias a Pierre Ernst, actual Presidente y Director de Perrier-Jouët, la Maison Belle Époque es una experiencia, un viaje al corazón de la belleza y la poesía del Art Nouveau. Fueron necesarios ocho años para llevar a cabo la adquisición y restauración del mobiliario y los objetos que adornan y decoran este espacio. Un lugar donde reina el encanto, con más de doscientas obras únicas pertenecientes a los más célebres nombres del Art Nouveau, de Majorelle y Guimard a Lalique y Rodin. Una de las mayores colecciones del movimiento Art Nouveau, para una experiencia atemporal. Una iniciación a la belleza cuyas puertas puede abrir de manera excepcional.
El movimiento Art Nouveau cobró vida durante la primera década de 1900. Su inspiración provenía de las líneas y movimientos de la naturaleza, incorporando así la belleza y la poesía a lo cotidiano. Sus valores representan a la perfección los de la Maison Perrier-Jouët. Émile Gallé, artista y maestro vidriero, fue uno de los más tempranos y célebres representantes del movimiento. Fue en 1902 cuando diseñó las emblemáticas anémonas coronadas de oro que convertirían en una obra de arte la botella de la primera añada de Perrier-Jouët Belle Époque, de 1964. Nacía así la asociación entre el Art Nouveau y la Maison. Una historia que continúa escribiéndose aún hoy.
Viñedo
65 hectáreas que se han clasificado con un 99,2% en la «escala de Grand Crus» y que engloban cinco de los crus más importantes, sin los cuales no sería posible la existencia de este excepcional champagne.
Vinos
Un estilo refinado y sutil, una combinación de encanto y elegancia. Las múltiples facetas de cada vino revelan una amplia paleta aromática y una sutil persistencia. Floral, elegante y cincelado, así es el estilo característico de los vinos de la Maison Perrier-Jouët, sus señas de identidad.
Un viñedo excepcional —donde se engloban las mejores parcelas de la Côte des Blancs— que confiere a los Chardonnays, tan predominantes en los champagnes de la Maison, toda la riqueza de su aroma floral. Un estilo transmitido a través del tiempo, en el silencio de las bodegas de la Maison, por el Chef de Caves y su preciado saber artesanal.
Conocer más: http://www.perrier-jouet.com/es-es/